Por: Niko Kalavera
01.-Cuéntanos un poco de ti
Soy un periodista de 31 años loco por los ritmos jamaiquinos y vivo en Valladolid (España). Llevo unos cuantos años escribiendo sobre música negra y, cuando me dejan, pincho canciones en bares amigos.
02.-Por qué decidiste hacer un libro dedicado al rocksteady y no a otro ritmo?
No fue premeditado. Llevo unos cuantos años escuchando música jamaiquina y siempre me han tirado más los 60, el ska y el rocksteady. Empecé a escribir un artículo sobre rocksteady porque me interesaban la música y las biografías de los que la hicieron posible. El rocksteady fue una época muy fugaz, escondida entre el ska y el reggae, pero con muchas historias interesantes. El país estaba hecho un desastre, el soul americano pegaba fuerte y en las calles de Kingston te podías cruzar con tíos como Duke Reid, que habían iniciado la industria musical del lugar en los tiempos de los sound system, o como Bunny Lee, que iba a poner el sonido jamaicano patas arriba en unos años.
La idea del libro vino más tarde. Tenía suficiente documentación como para planteármelo y mis propias circunstancias personales, de alguna forma, me empujaron a escribir. De todas formas, nunca lo hubiera llevado a cabo si no hubiera encontrado algo muy especial y personal en las canciones.
03.-Cuál o cuáles fueron los acontecimientos que más te llamaron la atención durante tu investigación?
Han sido muchos. Empezando por todos los líos del negocio discográfico de entonces. Los jefes de los sellos pagaban una miseria a los músicos y, si surgía competencia, rallaban cintas grabadas o destruían moldes para prensar vinilo. Así que había mucho juego sucio y los músicos sobrevivían como podían. Aunque, gracias a eso, los artistas se cambiaban de estudio con bastante regularidad, lo que generaba una actividad musical alucinante.
También me sorprenden todos los relatos de cómo se trabajaba en los estudios de la época. Los arreglos de las canciones se decidían justo antes de grabar y las condiciones de grabación eran bastante rudimentarias. Sin embargo, en Treasure Isle se hacían 10 temas todos los domingos y, según me contó hace poco B.B. Seaton, en Studio One llevaban un ritmo parecido. Y los resultados hablan por sí solos.
04.-Cuáles, según tu, son los músicos que más han influenciado la escena a lo largo de los años, y que quizás no tienen el reconocimiento que se merecen?
El guitarrista de Trinidad Lynn Taitt, al que todos los músicos de la era reconocen como el máximo responsable de establecer el ritmo rocksteady, suele ser un gran olvidado. Además, era líder de Lynn Taitt & The Jets -una de las bandas de estudio más célebres de Kingston a mediados de los 60- y ejerció como arreglista de muchísimas canciones para la mayoría de productores del Kingston de la época.
Hay muchos otros músicos cuyo trabajo ha sido imprescindible para épocas futuras de la música jamaicana, como Jackie Mittoo, Tommy McCook, Alton Ellis, Slim Smith, Winston Riley, Bobby Ellis… No sé si cuentan con todo el reconocimiento que merecen, pero creo que todos los amantes de Jamaica deberían conocer su trabajo. Y esto es algo que me preocupa, porque hace poco estuve en un festival de reggae en el que un montón de gente no sabía quién era Desmond Dekker.
Por mi parte, quiero reivindicar a Lloyd & Glen, Joya Landis, Millicent Todd (Patsy), Val Bennet y Jo Jo Bennet.
05.-Mensaje para los lectores de El Rincón del Rude Boy (acá puedes decir lo que quieras)
Un saludo para ellos. Os dejo con ‘You Lied To Me’ de Slim Smith, ‘I Love You True’ de Joya Landis, ‘Where Do We Go From Here’ de Devon Russell y ‘Lumumbo’ de Bunnie & Skitter. No todas son rocksteadys, pero las escucho mucho últimamente. También ‘Dream Of You’, el último single de la banda catalana Soweto.
Espero que Catarsis Rocksteady pueda llegar a Chile, aunque sea en formato digital. Todo se andará.
A continuación dejo los temas.
Acá les dejo el Link donde se pueden encargar el libro.
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