Texto: Vanessa Laverde
Fotografías: Valeria Zarate - Libélula Films
La Citrola Deskapotable, Sin Apuro Ska, Fieromonos, Brigada de Negro y Los Patocarlos fueron las agrupaciones protagonistas del Mantra Ska Festival, una oportunidad perfecta para escuchar bandas que se cultivan fuera del centralismo santiaguino. Mantra Ska es una organización de músicos que interpretan el género a lo largo de Chile, su objetivo precisamente es unir el ska chileno, es decir, descentralizar la escena y visibilizar los territorios desde donde ésta se crea.
El evento tuvo lugar el pasado sábado 18 de mayo, en el Espacio del Ángel, pleno centro de Santiago,lugar al que la gente estaba citada desde las 19:00 horas para apreciar el variado cartel que nos deleitará a través del baile y la versatilidad del ska.
Inicia la querida Brigada de Negro con su paritaria formación, show cargado de buenas letras, samplers, finos vientos, guitarra y bajo. La banda que ya cumplió 20 años de camino, ha estado más activa que nunca desde el pasado noviembre, fidelizando a su público y experimentando con su show, que por cierto nunca deja de sorprender con sus líricas antifascistas y su sonido Mestizo. Francisco Toloza su líder, es miembro activo y organizador de Mantra, junto con las bandas presentes, se la juega por unificar la escena y realzar su valor.
Les secundan Los Patocarlos, la única banda Santiaguina del encuentro, que bordea los 18 años de existencia y quienes no tocaban en vivo desde la pandemia. En esta ocasión nos presentan una nueva formación, reemplazando a su antiguo frontman el “Suri”, quien estaba de público observando el nuevo show. La banda es reconocida por su gran puesta en escena, aludiendo al humor, a la distensión y al baile. Son como “adolescentes de casi cuarenta años” que tienen claras influencias del ska y rock estadounidense como las agrupaciones Sublime, Reel Big Fish, entre otras, y que, acompañados de los buenos riff a cargo de la guitarra de Renato, y el histrionismo de su nuevo integrante, hicieron del espacio un momento muy divertido, nunca dejando de lado el representativo flotador en forma de patito amarillo que iba desinflándose a medida que terminaba su presentación.
Continúa la banda penquista Fieromonos, quienes ya han visitado la capital un par de ocasiones, y que también bordea los 18 años de trayectoria. Sorprenden con su formación a dos guitarras, bajo, batería, piano y vientos, letras conscientes, un sonido sólido y altamente influenciado de rockabilly en sus solos de guitarra.
El Espacio del Ángel es un lugar muy particular ya que queda en pleno centro de Santiago en las antiguas galerías comerciales. Cuenta la leyenda que fue un teatro en donde se proyectaban películas porno, cosa que era habitual en los 80 y 90, pero que con la llegada del microtráfico y negocios “turbios” la municipalidad de santiago le quitó los permisos y de a poco se fue convirtiendo en lo que es hoy, un espacio para tocatas y fiestas electrónicas.
El lugar está muy bien adecuado estética y visualmente pero lamentablemente su acústica se aleja de lograr un buen ensamble entre la amplificación, las voces y algunos instrumentos como el piano.
Luego de Fieromonos el turno en el escenario es para la banda más sureña que compone el cartel, La Citrola Deskapotable desde Puerto Montt, quienes tocan desde el 2005 y su formación incluye el acordeón, símbolo indiscutible del sonido del sur chileno. A pesar de los problemas acústicos del lugar, la banda lo dejó todo en el escenario con sus letras e interpretación, lo cual se visualizó en la pista.
A parte de la tokata, como ya es costumbre en las actividades autogestionadas, estaba instalada una pequeña feria donde podías comprar todo el merchandising de las bandas, chapitas, poleras, discos, y stickers, intercambio comercial que sirve para solventar un poco este periplo de cuatro bandas que se cultivan alejadas de la capital.
Este viaje por el ska chileno finaliza con la banda ariqueña Sin Apuro, con su impronta marina e influencia del surf, nos deleita con lo mejor de su repertorio, gracias a su carismático frontman: el Figue, quien no para de saltar y bailar arriba del escenario e invita con su energía a corear, …”yo nunca cambiaré, sin apuro seguiré”…para finalizar tocando la versión ska del clásico de la música popular “Te he prometido” del gran Leo Dan, junto a Cristián Orellana, líder y vocalista de la banda santiaguina Monkey Man.
Vale destacar el trabajo de quienes no se ven en el escenario, los técnicos, quienes tuvieron un gran desafío a la hora de hacer los cambios necesarios para que cada agrupación pudiese sonar lo mejor posible, a pesar de la acústica del lugar, y la variedad en integrantes que posee cada una de las bandas. Lo cual muchas veces es una dificultad a la hora de salir a escena.
Más de dieciocho años en el andar de la autogestión se encuentran todas las bandas que sonaron en el Mantra Ska Festival, una cantidad de tiempo importante, que demuestra perseverancia, creatividad, esfuerzo, organización y sobre todo amor por lo que se hace, creo que es importante felicitarles por seguir en la senda del underground y por el aporte que hacen al ska chileno desde sus territorios.
Dos ideas se quedan en mi mente para invitar a reflexionar, la primera, aún se ve poca participación femenina de estos espacios, pocas mujeres tocando, pocas mujeres en la técnica, sigue siendo importante poner el foco y observación a las compañeras que están haciendo ese trabajo e invitarlas a participar y vincularlas de manera paritaria.
La segunda reflexión es, ¿cuál es el factor determinante para que asista muy poca gente a este tipo de festivales? Estaría bueno entrar en ésta discusión y comenzar a pensar en un estudio de audiencias para estas instancias.