miércoles, 24 de abril de 2024

UN PASO ADELANTE: HOMENAJE SKA A ROBERTO TITO DÍAZ, Ó LA CUMBRE SANTIAGUINA DEL SKA


Texto: Vanessa Laverde

Edición: Gerardo Figueroa Rodríguez 

Fotografías: Patricio Aliaga y Pablo Trujillo Novoa

 El pasado sábado 20 de abril se llevó a cabo el evento Un Paso Adelante: Homenaje Ska a Roberto Tito Díaz, producción que invitó a 22 artistas del género y sus derivados, al Aula Magna del Centro Cultural Ceina. La actividad se vio complementada con una feria en la terraza del mismo, en donde variedad de artesanxs, ilustradores y coleccionistas vendieron sus productos.

En lo que va de 2024, hemos presenciado la buena salud de la música Chilena, al punto  que se han vuelto a unir bandas icónicas, como Los Tres o Los Bunkers, ya sea por motivos económicos o para dar fe de la consolidación de su sonido. Y, el motor que hizo juntar a agrupaciones musicales basadas en el ska, a expositores y técnicos de sonido, entre otros obrerxs de la música el sábado en el Ceina fue: el amor, el compromiso político, la alegría y la humildad que transmitía Roberto Tito Díaz, baterista icónico de la banda de rock mestizo, Sandino Rockers, y participante de otros proyectos como Les Comunés y Sudaka Sound System. El Mariskal (como le nombran sus amigxs) luchó con una enfermedad gastrointestinal durante varios meses y, lamentablemente, falleció el pasado 29 de octubre.

 El legado de Tito dio pie a este homenaje comandado por Cristóbal González, Jorge Rojas, Natalia Álvarez (La Joya) y Kenna Escobar, un hito dentro de la escena del ska chileno, ya que no solo se presentaron bandas actualmente activas, sino agrupaciones pioneras del ska mestizo en Santiago, como Escaso Aporte, Santo Barrio y Sandino Rockers, quienes llevaban muchos años en receso.

 La actividad comenzó temprano, con una programación de aproximadamente 13 horas, la cual incluyó la proyección del documental Guerrero Infinito del Tiempo Eterno (que se puede ver en YouTube), pieza audiovisual que nos cuenta sobre el velorio de Tito, realizado en la Casa Popular (Gráfica Popular), donde gran cantidad de agrupaciones musicales y culturales le dedicaron su arte, sembrando quizás, la semilla que decantó en este gran encuentro. 

Imágenes del documental


Juanito Ayala, Rigo Rioja, Escaso Aporte, La Joya, Brigada de Negro, La New Band, Betania López, Ywana, Pacto Negro, Chinatown Ska, Mapurbe (poesía), Caballo Loco, Skaldik, Monkey Man, Los Revolucionarios Evolucionarios, Santo Barrio, El Corzario, Manifiesto Ska Jazz, Rojo Vivo, Les Comunés, Sandino Rockers y Sudaka Sound System, fueron convocadxs como parte del line up de este emotivo encuentro. La columna vertebral que une a estos artistas es, por supuesto, el ska, género alegre, antifacista y combativo pero, sobre todo, versátil, lo cual quedó demostrado en el escenario del Ceina durante cada una de sus presentaciones .

 Ska mezclado con salsa, cumbia, hard rock, punk, jazz tradicional y manouche, metal, sonidos andinos, merengue, afrobeat, funk, reggae, blues, rock n roll, ranchera, raggamuffin y muchos más, fueron los ritmos que los integrantes del cartel recorrieron, enviando, además, mensajes positivos para Tito y su familia.

 Para profundizar en los shows de algunas agrupaciones que sorprendieron, voy a comenzar por Betania López, una de las pocas mujeres que compone y canta ska (y sus derivados) en Santiago. El año pasado lanzó su tercer y más reciente disco, titulado Corriente Fluvial, obra de gran factura y con la cual se presentó en el homenaje, acompañada de Nacho Selektor y el guitarrista Galtter Álvarez, además del rude boy bailarín Joaquín Mojica, quien ejecutaba sus pasos al mejor estilo two tone. La voz de Betania es potente y da cuenta que, en formato sound system o banda, es la que sostiene este proyecto. La artista recorre los sonidos jamaiquinos del ska, el reggae, y el rocksteady mezclandolos con cumbia y algunas variaciones, además de versiones de canciones como “Baño de mar a medianoche”, popularizada en Chile por Cecilia, la Incomparable, deleitando al público del Aula Magna.

 

Foto por Pablo Trujillo Novoa 


Es importante destacar tres agrupaciones que están vigentes y sobresalieron en calidad y proyección durante la jornada: Pacto Negro, con su punky reggae party; Chinatown Ska con su refinado skajazz y Skaldik con su skapunklorica propuesta. En ellas se percibe pasión por lo que hacen, cohesión sobre todo por sus numerosos integrantes e instrumentos y profesionalismo. Los bronces y la batería, me atrevería a decir, son la columna vertebral de estxs músicxs cuyo sonido impresiona, además aprovecharon a su favor las características sonoras del escenario del Ceina.

Foto por Patricio Aliaga


 Otro artista que impresionó con su show fue El Corzario, integrante de la extinta banda pionera del ska en Chile, Santiago Rebelde. Acompañado de Gitano Maldito en la guitarra y  Wenu en Contrabajo, sorprenden con su performance, destacando la calidad interpretativa de sus integrantes, así como el histrionismo y la capacidad vocal de Corzario. 

 Digna de resaltar es la apuesta de la producción para seleccionar a los artistas y el lugar donde se realizó el homenaje, puesto que no es habitual para fiestas ska de largo aliento: tampoco se podía consumir alcohol ni fumar, cosa que resintió el público, que no apareció en masa hasta pasadas las 18 hrs. Sabemos que el espacio que las bandas usan frecuentemente para tocar son los pocos bares o lugares que hay en Santiago, comúnmente con poco espacio, refuerzo sonoro limitado, una pista de baile medianamente  adecuada y un alto consumo de sustancias, versus el Aula Magna del Ceina, adecuado para sonar bien y permitir al público apreciar lo que está viendo y escuchando. ¿Cómo no va a ser importante dignificar el trabajo de las y los músicos, para que cuenten con todo el despliegue técnico y sonoro que tuvieron en este homenaje?. 

Foto por Patricio Aliaga 


Importante relevar el trabajo técnico de Jorge Pericó (refuerzo sonoro), Kutral Dub (Sonidista), José Navarro Pérez “Kenacho” (Stage Manager), Miguel Farah y el “Gato” Richard (técnicos de escenario) quienes actuaron de forma muy profesional. El montaje entre una y otra banda fue lo más expedito posible, con muy pocos detalles que se afinaban con el pasar de cada show. Sin embargo, algunos micrófonos sonaban muy bajo o simplemente no tenían sonido, hecho que se repitió durante la jornada, y que es parte del directo sumando a la cantidad de agrupaciones y formaciones que se presentaron durante el homenaje.

 El público se comportó a la altura, hubo baile y no se generó ningún tipo de disturbio. La gente pudo fumar en la terraza y mostró gran respeto por quienes asistieron acompañados de sus bebés, niños y adolescentes, un público con conciencia. No faltaron quienes entraron su “petaquita piola” y las tallas por parte de algunos vocalistas, que preguntaban a la gente cómo se sentían estando sobrios. También fue un agrado encontrarme entre adolescentes, como público que disfrutaba de los shows coreando algunas de las canciones. Una clara muestra de que el género no pierde vigencia ni versatilidad,y tampoco se detiene en el tiempo.

 Continuando con los shows, quiero referirme a Sudaka Sound System, quienes durante toda la jornada seleccionaron muy buenas versiones de ska, reggae y dancehall en vinilo, complementadas con interesantes reflexiones sobre los gustos musicales de Tito, el valor de las piezas sonoras y su mensaje. Destaco la labor de David Selknam (más conocido como Chelekta T-Fly), quien me hizo sentir como en una instancia casi religiosa con su “prédica musical”.

 
Foto por Pablo Trujillo Novoa


 Uno de los shows más esperados de la noche fue la reunión de Santo Barrio, presentados por el escritor Julio Osses, quien recita fragmentos de la canción “Skalíticos” de Santiago Rebelde:…“ésta es música de libertad, es la música que ha acompañado todos los procesos antifascistas que hay en el mundo, lo bailan en la calle, lo bailan en el metro, lo baila tu abuelita, se baila en el desierto, lo baila tu instituto, lo baila, tu rector, lo baila tu colegio, lo baila tu inspector, lo bailan en la iglesia, lo baila el presidente, lo bailan diputados, senadores y gerentes, lo baila la fuerza aérea, lo baila la marina, milicos, pacos, tiras, están bailando allá en la esquina, los punkies y los hippies, ahora son amigos, la paz y la anarquía el ska ha reunido, ya no existen etiquetas, todo el mundo baila ska...hasta los racistas bailan ska...sras y sres esta noche SANTO BARRIO!”... sala llena, dejaron la “patá” e hicieron bailar con su clásico Tumbao Rebelde a quienes estábamos sentadxs

 Fue un privilegio para mí ser testigo de la reunión de esta banda icónica, ya que llevaban muchos años inactivos y lo que se lee o escucha de la agrupación parecía ser un mito, hasta que el sábado se materializó en el escenario, demostrando por qué dejaron la vara tan alta con su sonido skamestizo en los ‘90. 

 

Foto por Patricio Aliaga


 Saliendo del escenario, en el tercer piso del Ceina, te encontrabas con la Feria Ska, bajo la coordinación de Pamela Sperling, instancia para ir a descansar, vitrinear, compartir, fumar o comer, además de escuchar la selección del Sound System Back to Jamaica a cargo de Skarlos y Marie, quienes programaron algunos clásicos del género y también canciones de las bandas que se presentaron durante la jornada. Chapitas, poleras, afiches, discos, stickers, aros y ropa en torno al estilo ska fueron los principales productos que se comercializaban en la feria. También había un puesto de sandwiches, café, agua y té. Aunque se sabe que el evento conserva un espíritu popular, se echó de menos la venta de comida más elaborada o contundente, con opciones veganas, puesto que era un evento masivo, de larga duración e ingreso condicionado a no salir del lugar y comprar en otro lado.

 Entre los muchos aciertos del evento, como el lugar y las bandas, puedo sumar la fecha escogida: para quienes no saben, el 20 de abril es considerado el día de la marihuana, planta medicinal y de uso recreativo que ha estado ligada a los procesos creativos de artistas de todo el mundo; también ligada a Jamaica y a su música, por lo tanto, la plantica  acompañó el homenaje a Tito.

 

Foto por Pablo Trujillo Novoa


 No puedo terminar la nota sin hablar de Sandino Rockers, otra de las agrupaciones más esperadas de la noche. Sandino es la banda que mezcló los vientos de los Andes con el rock, el ska, reggae y punk con letras que narran la anhelada caída del sistema capitalista que nos rige. “El pequeño ejército loco” cierra la larga jornada de conciertos y homenajes a Tito, deleitándonos con todos sus clásicos: Ira contenida, Combatiente, Sandino y Mi tierra, para finalizar con una colaboración junto a algunos intérpretes de bronces, integrantes de varias agrupaciones que se presentaron durante el día. También les acompañó un cuerpo de baile Tinku el cual integra Mayari, la hija mayor de Tito, además se sumó al escenario la agrupación Lakitas Apasa, quienes, lamentablemente, no pudieron ser apreciados en plenitud, sobrepasados por la potencia de los bronces, que opacaban sus instrumentos. Aún así, se notó el disfrute de los Sandino en el escenario, la fuerza de su sonido y la emoción del público que les estaba esperando. 

 En conclusión, fue una gran jornada, llena de nostalgia, memoria, conciencia, amor y alegría, pero sobre todo, de mucho trabajo para la producción, un equipo paritario y muy organizado a quienes les agradezco por invitarme a compartir lo vivido. Asimismo, la actividad sirvió para tomarle el pulso al ska hecho en Santiago de Chile, conocer sus propuestas, su desarrollo, recibir el mensaje cargado de antifacismo, observar la calidad interpretativa de sus cultores y la conexión con la audiencia. 

Foto por Pablo Trujillo Novoa


 Porque sin alimento no hay energía, es importante visibilizar la labor de Marlene Pereira y su equipo, quienes estuvieron a cargo del catering y la alimentación de todxs lxs obrerxs de la cultura que trabajaron arduamente durante la jornada del 4/20.

 Para terminar, el evento nos deja la reflexión en torno a la celebración de la vida, a la unión de las personas y en cómo abordamos la muerte, ya que, muchas veces, dejamos los homenajes para las personas fallecidas y no les valoramos en vida. 

 ¡Vuela alto, Tito!

 






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